MADRID 20 Dic. (EUROPA PRESS) –
Nutricionistas y alergólogos han pedido a las familias adaptar los menús navideños para aquellos comensales que presentan algún tipo de alergia alimentaria, de forma que estas fechas no se conviertan en un «reto» para ellos y que puedan «disfrutar en familia, compartir tradiciones y degustar platos que evocan recuerdos y unión».
«La Navidad es un momento para compartir y celebrar juntos, y adaptar los menús para que sean seguros para todos es una forma de cuidar y unir a la familia. Con planificación, creatividad y comunicación, las alergias alimentarias no tienen por qué ser un obstáculo para disfrutar de las fiestas», ha explicado la presidenta del Comité de Alergia a los Alimentos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), la doctora María José Goikoetxea.
Aunque la leche, los huevos, los frutos secos, el pescado y el marisco son algunos de los alérgenos más comunes de las recetas tradicionales navideñas, no quiere decir que haya que renunciar a los mismos, pues se pueden realizar ciertos cambios que permiten conservar la «magia» de los sabores tradicionales.
En ese sentido, ha invitado a innovar en las recetas navideñas, recalcando que la harina de garbanzo es «una excelente opción» para sustituir el huevo, mientras que la bebida de soja enriquecida en calcio y vitamina D puede reemplazar a la leche, según un comunicado de la SEIAC.
Goikoetxea también ha recordado que los avances en el diagnóstico de alergias alimentarias permiten diseñar dietas más flexibles y personalizadas, y es que las pruebas de exposición controlada con alimentos, realizadas en entornos clínicos, ayudan a determinar qué alimentos específicos desencadenan reacciones y cuáles son seguros para consumir, e incluso puede desvelar que, a pesar de ser alérgicos a ciertos alimentos, como el marisco, pueden llegar a tolerar ciertos tipos, como cefalópodos (pulpo, calamar) o bivalvos (almejas, ostras), ampliando las opciones en el menú.
«Estas pruebas son herramientas esenciales que no solo mejoran la calidad de vida de los pacientes, sino que también aportan confianza a la hora de planificar las comidas familiares. Saber qué alimentos son seguros permite disfrutar de las celebraciones con menos preocupaciones», ha añadido Goikoetxea, también especialista del Departamento de Alergología de la Clínica Universidad de Navarra.
Sin embargo, los expertos han señalado que no existen dispositivos domésticos completamente fiables para detectar alérgenos, por lo que las prácticas de higiene y la lectura cuidadosa de etiquetas siguen siendo esenciales.
Por otro lado, han recalcado que la seguridad alimentaria pasa por evitar la contaminación cruzada de alimentos, para lo que es esencial separar utensilios y áreas de preparación, emplear recipientes herméticos y mantener una higiene exhaustiva en la cocina.
Estas adaptaciones no solo minimizan los riesgos, sino que también ayuda al impacto emocional de los alérgicos y les permite disfrutar y fortalecer sus vínculos familiares, especialmente si se involucra en el proceso tanto a los niños como a los adultos.
«Transformar recetas clásicas en versiones seguras para personas alérgicas es un ejercicio de creatividad y amor que une a toda la familia en torno a un propósito común», ha expresado la especialista en nutrición de la Clínica Universidad de Navarra, Patricia Yárnoz.
